Procesando...


Alicia Farkas: Vuelo y Transparencias

Alicia Farkas: Vuelo y Transparencias

Atenta siempre a lo que sucede en el mundo, ya que no puede, por sensibilidad y por educación, dejar de lado el contexto, la situación social, el ser humano en nuestra época, Alicia Farkas nos enfrenta a un nuevo desafío del arte.

Los títulos solos y aun cuando no los tuviera, indican ese cable a tierra de la artista que es la realidad social: "Desintegración", "América latina", "La escalera del poder", "Establishment", "Atrapado )con salida, sin salida?", "Naves para el fin de una era", "Encuentro", etc. Pero lejos de la asfixia y la desesperación que sugiere este fin de milenio, Farkas propone el vuelo y la transparencia como antídoto infalible.

La expresión está enriquecida en grado sumo, más que cuando incursionó en el surrealismo allá por 1977 o que cuando voló hacia la ciencia-ficción en el 78 o como en el 86, cuando se remitió a nuestra América india. Sin dejar la pintura o, mejor dicho, sirviéndose de ella tangencialmente, buscó en el batik mayores posibilidades expresivas. Se dedicó pacientemente, durante años y logró transponer las fronteras argentinas llevando el arte local a centros culturales prestigiosos, con redoblados elogios de los especialistas.

Durante los últimos años, siempre tras nuevas experiencias, investigó, tanto en nuestro medio como en Costa Rica, el papel artesanal y buscó algo que parecía más que difìcil, imposible: aplicar en ese delicado soporte la técnica del batik. Sorprende, entonces, doblemente, ver que las obras tienen hasta el craquelado que caracteriza al milenario trabajo.

Pero no le fue suficiente: todavía necesitaba volar más y pasó del plano al objeto. )Con papel? Con papel artesanal, con la técnica del batik, con la solvencia que se le conoce, con soportes que imaginó Milton Altschuler, su marido, colgados del techo o sobre un pedestal, sueltos como estandartes, atrapados entre dos vidrios de modo que se aprecia igualmente al derecho y al revés o como los "Móvil I, II y III", que tienen una intencionalidad distinta a la de Calder y que al reflejarse oscuramente en los ondulados metales colocados en la pared, inquietan y desafían.

Vuelo y transparencia son las palabras que sintetizan de algún modo sus últimos trabajos, donde se intensifica la fuerza del color, la sutileza de las variaciones cromáticas, la ponderación de la luz, la solidez de las estructuras, el lenguaje indiscutiblemente moderno, la originalidad, la imaginación y la riqueza de tonos y semitonos, que como una sensibilísima piel, imaginada por un hábil taumaturgo, nos admiran una y otra vez, incansablemente.