Para los ojos de ese chico que mira sin comprender
qué está pasando.
Para los rojos.
Para la madre de todas las inconsciencias.
Para la religión y los militantes de izquierda.
Para la policía que mira cómplice cuando no es culpable.
Para los blancos.
Para los días que me regalaste.
Para las noches que me sobraron.
Para los mamarrachos que juegan a la ruleta rusa
con la rutina.
Para la madre que carga con ese hijo y esa pena.
Para los amarillos.
Para los que andas festejando las vacaciones.
Para le mujer que despertó y su cuerpo eclipsa
el atardecer.
Para los hijos que tomaron la carga.
Para los que todavía no entendieron.
Para los que ya entenderán.
Para las que se alejaron.
Para las que piensan que nosotros somos el costado
evitable del cuadro.
Para los grises.
Para los que están piloteando la miseria.
Para los que sacaron la bandera.
Para los que cayeron.
Para los negros.
Para los que siempre están.
Para el que pagó la cerveza,
Para el que puso la música.
Para el que se atrevió a creer.
Para los indelebles.
Parta el que no quiso cerrar los ojos.
Para los humildes, para los derrotados,
para los desterrados.
Para el que puso el pecho.
Para los que volvieron a tiempo.
Para los verdes.
Para vos, para mí, para nosotros
y también para ellos.
Para el que cultiva esperanza en la tierra arrasada
del desengaño.
Para el que calla y sabe.
Para el que aprende.
Para el que mira por tevé.
Para el que nunca sabe nada.
Para tos y cada uno,
la realidad, esa perra, esa apuesta,
esa ilusión.