De CANTO POPULAR DE LAS COMIDAS
En los libros sagrados, delante de los dioses,
se nombran los manjares con moroso deleite
y uno sueña al profeta saliendo de los ojos
y ve que esas palabras le hacen agua la boca
y que el verbo ceñido se le pone jugoso
a pesar de sus carnes flageladas de ayunos
y de cataclismos que predica en el viento.
___ Esa es tu maldición de tinieblas, Job, Esa es tu maldición de tinieblas, Job, Esa es tu maldición de tinieblas, Job,
tu úlcera de espanto,
la ruina de tu hacienda y de tus mieses.
___ Nada veo en los párpados de la mañana, Nada veo en los párpados de la mañana, Nada veo en los párpados de la mañana,
Jehová;
dame un puñado de alba.
___ La luz pace muy lejos. Tu cereal es muerto. La luz pace muy lejos. Tu cereal es muerto.
Las comidas presiden todas las ceremonias.
Se ofrenda hacia el silencio de los signos mayores
con los frutos eximios, con las rojas primicias
que las manos y el clima elaboran pacientes
para aplacar la furia traidora del misterio
y el compacto designio de la esfinge en la piedra.
___ He aquí la piedra , Isis. He aquí la piedra , Isis. He aquí la piedra , Isis.
___ Desbástale el silencio: quiero verla por dentro. Desbástale el silencio: quiero verla por dentro. Desbástale el silencio: quiero verla por dentro.
___ Amón reside dentro. Amón reside dentro. Amón reside dentro.
___ Haz una piedra, Osiris. Haz una piedra, Osiris. Haz una piedra, Osiris.
___ Tengo manos de niebla. Tengo manos de niebla.
___ Llama al esclavo. Él puede. Llama al esclavo. Él puede. Llama al esclavo. Él puede.
___ Nadie puede al silencio. Nadie, ni aún la Nadie puede al silencio. Nadie, ni aún la Nadie puede al silencio. Nadie, ni aún la
arena.
___ Llama al esclavo, Él come y el bocado le duele. Llama al esclavo, Él come y el bocado le duele. Llama al esclavo, Él come y el bocado le duele.
Su cántaro de miel perdurará.
Después, cuando los dioses descienden a la tierra
y entran a los asuntos domésticos del hombre,
comparten aromáticas fuentes de codornices,
odres de viejo vino, verdes tallos crocantes,
abundosos racimos de dátiles y uvas
y hasta el sexo terrestre de la hembra del hombre.
___ La escudilla es un vientre, Li Po, voraz como La escudilla es un vientre, Li Po, voraz como
la vida
___ Come tu arroz, Ying Lu, la lluvia no Come tu arroz, Ying Lu, la lluvia no Come tu arroz, Ying Lu, la lluvia no
cesará esta noche
___ Siémbrame. Siémbrame. Siémbrame.
___ No se siembra sin luna y con cielo ausente. No se siembra sin luna y con cielo ausente. No se siembra sin luna y con cielo ausente.
Come tu arroz,
Ying Lu.
Jocundos haraganes burócratas del tedio,
bajaron del exilio a buscar la alegría,
porque en los fríos templos la sangre era holocausto
y no la fiesta insomne del animal ardiente
que había domeñado el fuego y los metales
enfangado en la muerte y los apocalipsis.
___ Vete a los baños, Claudius y vomita de nuevo, Vete a los baños, Claudius y vomita de nuevo, Vete a los baños, Claudius y vomita de nuevo,
¡aún hay vino en las ánforas y más ricos
manjares!
___ (Varinia. . . (Varinia. . . (Varinia. . .
___ Dí, Spartacus. Dí, Spartacus. Dí, Spartacus.
___ Reparte el cereal por puñados iguales. . . ) Reparte el cereal por puñados iguales. . . ) Reparte el cereal por puñados iguales. . . )
___ Hay que gozarse, Claudius. El tacto de la Hay que gozarse, Claudius. El tacto de la Hay que gozarse, Claudius. El tacto de la
noche es ya la piel de marzo.
En Hangchow, al sur de China, la ciudad de los lagos,
he visto el santoral tallado en la montaña:
gigantescas figuras de los dioses terribles,
sables como colmillos, colmillos como sables;
pero también he visto recostado en la piedra
un dios de enorme abdomen y plácida sonrisa.
Es el dios que está de vuelta de las eternidades.
Guiña un ojo. Denuncia la farsa de sus primos.
La gente allí le llama: Buda de la Alegría.
Pero dioses como éste resultan subversivos,
exaltan la abundancia, la libertad del diente.
Proclaman, como Baco, el júbilo del vino
y la plena lujuria del amor a la siesta.
¿ Cuál pudo ser la suerte de los Emperadores,
los caudillos del crimen, los Reyes, los Señores,
si acaso el pobrerío venerara su euforia?
Hubo que separar el cuerpo del espíritu.
Investir de poderes urgentes al Demonio.
Proscribir las especias. Encerrar los aromas.
Nombrarlo Comandante en Jefe del Pecado
y destinarle un reino de azufre en las cavernas,
para que el pobre prójimo de harapo y servidumbre
humillara la vida soñando con la muerte.
___ Swami, los campesinos están quemando todo. Swami, los campesinos están quemando todo. Swami, los campesinos están quemando todo.
___ Yo no veo hacia fuera. Yo no veo hacia fuera. Yo no veo hacia fuera.
___ Todo arde, Swami, el templo. . . Todo arde, Swami, el templo. . . Todo arde, Swami, el templo. . .
___ Nada existe ahí afuera. Ni el fuego de los Nada existe ahí afuera. Ni el fuego de los Nada existe ahí afuera. Ni el fuego de los
hombres.
Flagrantemente áulicos, obesos dignatarios,
los zánganos zanguangos del Templo o del Estado,
llámense obispo, duque, vuesencia, señoría,
milord, burgomaestre, alcalde, capitán,
no olvidaban su cuerpo, lo cuidaban muy bien;
los Reyes, bien se sabe, comían como reyes
espirituales liebres, faisanes, corderitos,
tortillitas de pámpanos con huevos de palomas,
ensaladas de pétalos, claro vino del Rhin.
Compraban en el cielo cámaras de descanso,
altos lechos de nubes a la diestra de Dios
acaso porque, el pobre, era un anciano solo,
sordo ya, distraído, ausente como un Dios.
___ Y ahora, síganme . . . Y ahora, síganme . . . Y ahora, síganme . . .
___¿ Adónde ?¿ Adónde ?¿ Adónde ?
___ Si lo supiera, iría solo. Si lo supiera, iría solo. Si lo supiera, iría solo.
___¿ Solo ? ¿Por qué?¿ Solo ? ¿Por qué?¿ Solo ? ¿Por qué?
___ Por que sería Dios. Síganme. Por que sería Dios. Síganme. Por que sería Dios. Síganme.
___ A los hombres no se los sigue. Se los persigue. A los hombres no se los sigue. Se los persigue. A los hombres no se los sigue. Se los persigue.
___ Es lo que hago con Dios. Es lo que hago con Dios. Es lo que hago con Dios.
Ellos fueron felices y comieron perdices.
Morían confortados al tiempo de morir.
Hacían mea culpa y salían absueltos:
el espíritu al cielo, el despojo al Panteón.
El cuerpo, despojado, hervía de gusanos.
Cosa del Diablo. Espanto. Olor de pudridero.
Yacen de mármol. Huelen bajo las catedrales.
El hedor que despiden se tapa con incienso.
Ese es el olor típico de los templos del mundo.
Todas las religiones tienen olor a muerto.
Y que las brujas asaltaron el granero dando
alaridos,
doy fe, ante este Tribunal de la Santa
Inquisición,
volando, con niños y trinchantes delante de las
faldas
y los dientes horribles delante de las órbitas
y llevándose sacos ubérrimos de granos,
volando sobre escobas y comiendo a los niños,
doy fe, con esta mano sobre las escrituras. . .
Y el cuerpo fue olvidado. Su destierro fue largo.
La piel fue sometida milenio tras milenio.
Ayunos y flagelos ahogaban sus ardores
y el hambre fue el aliado de las grandes liturgias.
Los templos se construían con hambre acumulada.
Con hambre, los castillos, los grandes monumentos;
los tronos, las ciudades, las armas de los príncipes,
las altas catedrales, las joyas de las damas,
la corona del Rey, la gran Muralla China con
cimientos de huesos;
las Mezquitas, los fríos y ciegos Monasterios,
el aire a media voz que anda en las Sinagogas,
fueron erguidos todos con hambre de los siglos.
Pero si había un fasto de Bodas o Bautizos
o una coronación o la paz de una guerra,
los dueños de la vida ordenaban comer
tres días y tres noches, bajo un Dios indulgente.
___ Dios me ha tocado ayer Dios me ha tocado ayer Dios me ha tocado ayer
___¿En qué sentido?¿En qué sentido?¿En qué sentido?
Por eso es la comida es la fiesta del pobre.
El festival del día. Su desquite ancestral.
Cuando nutre su cuerpo hinca el diente en la vida.
Libera, dentro suyo, la alegría infinita
que funda las raíces del canto y el amor.
___ La tierra sabe a tierra. La tierra sabe a tierra. La tierra sabe a tierra.
___ La tierra sabe. Es hembra. La tierra sabe. Es hembra. La tierra sabe. Es hembra.
___ Destruyan el olvido. Destruyan el olvido. Destruyan el olvido.
___ Entiérrenlo en la tierra. Entiérrenlo en la tierra. Entiérrenlo en la tierra.
Aquí, en la vieja América, todavía es costumbre
enterrar a los muertos con ánforas repletas
de aloja y de comida para su largo viaje.
Aquí no separábamos el cuerpo del espíritu
y la muerte era un tránsito hacia la Pachamama.
Un regreso al origen desde donde regresa
la vida, caudalosa, como un río en verano.