Actúo hora como otro no el prolijo
hacedor de entuertos no
el jugador perdidoso en todo el postrero
orejón del tarro el niño
meado por los perros. Tampoco
el jugador masoquista. Me escondo,
soy el tapado, el otro, claro es lógico
ustedes no vean en mí ningún cambio.
Es que busco e nadie me ubique
como distinto en reuniones vuestras
por eso exhibo
una cáscara de costumbres añejas.
Mientras,
vos ante mí queate quieto
no podés ayudarme, no he caerme
ni o podrías empujarme a un pozo
pues no es con ustedes mi asunto, es
con el horizonte que tengo clavado aquí,
en el entrecejo.