Sereno vas delante de la casa,
sereno, sin azar, como el destino.
Porque sabes tu ruta eres camino;
camino nada más: penumbra escasa.
Tienes pardo color igual que hogaza,
y eres bueno como el campesino,
que se deja ganar y da su vino
al que demora sueños y al que pasa.
Río de tierra dura sin oleaje,
siempre tornando estás y siempre en viaje
contra esa línea de tu rumbo opreso.
Llama de fuga, claro de la suerte,
no camino total hacia la muerte,
sólo tú me predices un regreso.